martes, 18 de diciembre de 2007

Bushido


En la tradición japonesa, el bushidō (武士道) es un término traducido como "el camino del guerrero". Muchos samurái (o bushi) entregaban sus vidas al bushidō, un código estricto que exigía lealtad y honor hasta la muerte. Si un samurái fallaba en mantener su honor podía recobrarlo practicando el seppuku (suicidio ritual).


El bushidō es un código ético particular. Se dice que desde pequeño se les inculcaban a los japoneses de la clase dirigente incluso antes de que se despegaran del pecho de la madre. Este código moral es traducido como "Camino del Guerrero" y tiene dos principales fuentes:


La primera de ella es el Budismo. El Budismo otorgaba al guerrero (Bushi) un estoicismo pleno y tenaz que acompañaba al samurai hasta los últimos días de su vida. Éste era amigo de la muerte y confiado en el destino, ofreciendo en su carácter un total desprecio a aquellos samuráis que carecían de aplomo a la hora de morir. "Cualquiera puede introducirse en lo más reñido de la batalla y morir. Es fácil para un patán, pero para un samurái es verdadera decisión justa en la ecuanimidad, y un verdadero valor saber vivir cuando ha de vivir, y morir cuando ha de morir", exclama el Príncipe de Mito. El budismo ofrecía al Bushidō un método de contemplación que subyacía a un fenómeno que ponía al guerrero en armonía con el absoluto.


Por otro lado el shintoísmo daba valores éticos de afinidad y amor por todas las cosas vivas, y una profunda enseñanza en su aspecto más tradicional de la lealtad para con el soberano. El shintoísmo creía en la pureza de lo innato con lo que no había en él cabida para el pecado original. Las obras de Mencio y Confucio eran las principales enseñanzas para los jóvenes samuráis y un interesante tema de resolución para asuntos mayores.


En su forma original, se reconocen en el bushidō siete virtudes asociadas:

- Gi - Rectitud (decisiones correctas)
Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia. Para un auténtico samurái no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia. Sólo existe lo correcto y lo incorrecto.


- Yuu - Coraje
Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Un samurái debe tener valor heroico. Es absolutamente arriesgado. Es peligroso. Es vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.


- Jin - Benevolencia
Mediante el entrenamiento intenso el samurái se convierte en rápido y fuerte. No es como el resto de los hombres. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos. Tiene compasión. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.


- Rei - Respeto
Los samuráis no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurái es cortés incluso con sus enemigos. Sin esta muestra directa de respeto no somos mejores que los animales. Un samurái recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurái se vuelve evidente en tiempos de apuros.


- Makoto - Honestidad, Sinceridad absoluta
Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. No ha de "dar su palabra" no ha de "prometer", el simple hecho de hablar ha puesto en movimiento el acto de hacer. Hablar y hacer son la misma acción.


- Meiyo - Honor
El auténtico samurái sólo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que tomas y cómo las llevas a cabo son un reflejo de quién eres en realidad. No puedes ocultarte de ti mismo.


- Chuu - Lealtad
Haber hecho o dicho "algo", significa que ese "algo" le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurái es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para aquellos de los que es responsable, permanece fieramente fiel. Las palabras de un hombre son como sus huellas; puedes seguirlas donde quiera que él vaya.